El tratamiento de aguas residuales consiste en una serie de procesos físicos, químicos y biológicos destinados a eliminar los contaminantes presentes en el agua proveniente de uso doméstico, industrial o agrícola. Este proceso transforma el agua residual en un efluente que puede ser devuelto al ciclo del agua con mínimos impactos ambientales o reutilizado. Los contaminantes presentes en las aguas residuales incluyen, pero no se limitan a, materia orgánica, compuestos nitrogenados, fosforados, patógenos, metales pesados y micro contaminantes emergentes, cuya presencia en cuerpos de agua puede conducir a eutrofización, disminución de la biodiversidad, y riesgos para la salud pública a través de la transmisión de enfermedades. Además, la correcta eliminación de estos contaminantes previene la degradación de los ecosistemas acuáticos y terrestres, protegiendo así los servicios ecosistémicos esenciales para la vida humana y el mantenimiento de la biodiversidad. La optimización de los tratamientos de aguas residuales es, por lo tanto, un desafío técnico que requiere una constante actualización en función de los avances científicos, y una regulación acorde a los estándares ambientales y de salud pública.
Actualmente existen sistemas de tratamiento de aguas residuales que funcionan a partir del tratamiento de lodos activados fijos, ideal para viviendas multifamiliares, fraccionamientos residenciales, pequeños municipios o para aplicaciones residenciales de alta resistencia. Estos sistemas descomponen la materia orgánica y los nutrientes en las aguas residuales in situ y con capacidades que van de los 10,000 a los 160.000 galones por día (GPD).