Tratamiento del agua de riego
Es innegable la relación entre la calidad del agua de riego y cultivos con la productividad agrícola. Los cultivos necesitan agua para su crecimiento, fotosíntesis y transporte de nutrientes, por lo que el agua debe cumplir con ciertas características que permitan que estos procesos biológicos propios de la cosecha se desarrollen de la mejor forma posible. La falta de agua puede llevar a la sequía y al deterioro de la producción, lo que tiene un impacto económico directo y social significativo.
El tratamiento de agua de riego y cultivos es un proceso que tiene como objetivo mejorar la calidad del agua utilizada para no afectar el suelo y los cultivos, pues pueden surgir problemas como la salinización, acumulación de contaminantes, daños en la infraestructura de riego, reducción en el crecimiento y rendimiento de las plantas e incluso llegar a alterar la fertilidad, así como las cualidades químicas y biológicas del suelo.
El agua puede contener sustancias químicas, microorganismos, sales, metales pesados u otros contaminantes que pueden afectar negativamente al desarrollo de las plantas, la salud de los suelos y el medio ambiente. Por eso, es importante aplicar un tratamiento adecuado al agua antes de usarla para riego.