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Productos a cotizar

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Las ventas de refrescos han ido disminuyendo en los últimos años.

Hace 5 años, el alcalde de Filadelfia, Estados Unidos, propuso un impuesto a todos los refrescos, sin embargo la industria buscó cómo detenerla.

Miembros de la industria hicieron contribuciones a campañas de políticos y organizaron reuniones con ayuda de las compañías embotelladoras.

Para mejorar su reputación, la industria donó 10 millones de dólares al hospital infantil de Filadelfia.

Su estrategia funcionó ya que la propuesta del impuesto a los refrescos nunca salió del comité del condado. 

Esto no es nuevo, ya que se ha propuesto este mismo impuesto en Nueva York y San Francisco, donde tampoco se implementó.

La lección que nos deja Filadelfia es que la industria refresquera está ganando batallas que ponen en riesgo el futuro de su producto. Pero desde un punto de vista más amplio, es la industria refresquera quien está perdiendo la guerra.

Aunque campañas en contra de la obesidad han fallado en su intento de agregar impuestos, han logrado mucho más, ya que este tipo de campañas le recuerdan a la gente que los refrescos no son un producto muy saludable, además que investigadores de salud pública y particulares han dado mensajes similares, lo cual ha impactado en lo que los Americanos piensan acerca de estas bebidas.

En los últimos 20 años las ventas de refrescos en los Estados Unidos han caído hasta 25%. El consumo de refresco, que tuvo su boom de los años 60s a los 90s, ha sufrido un descenso considerable en los últimos años.

Las ventas se han estancado y un número creciente de Americanos dicen que están tratando de evitar los refrescos.

Las ventas de agua embotellada se han disparado y se prevé que sobrepase el consumo de los refrescos dentro de los próximos 2 años según predicciones de la industria.

La disminución del consumo de refrescos representa el cambio más importante de la dieta Americana en la última década y es responsable de una considerable reducción en el número de calorías diarias que consume en promedio un niño Americano. Del 2004 al 2012, los niños consumieron 79 calorías menos al día sólo por no consumir bebidas azucaradas, según una encuesta del gobierno, esto representa un 4% menos de calorías. 

Este cambio ha sucedido en mayor parte en Filadelfia más que en todo el país. El consumo de refrescos entre adolescentes cayó un 24% del 2007 al 2013, comparado con un aproximado de 20% en todo el país. 

El distrito escolar en Filadelfia prohibe la venta de bebidas azucaradas en las escuelas y en limita su disponibilidad en máquinas expendedoras. La ciudad da incentivos financieros a las tiendas para promover comidas saludables y envía educadores a salones de clases para enseñar a los niños acerca de nutrición.

Lamentablemente en México, el caso se mantenido muy parejo durante los últimos 6 años, con ventas de 7.5 millones de litro al años (segun datos del INEGI), aun con la inciativa de gravar los refrescos en 1 peso por litro a través del IEPS, para persuadir del consumo.

“El nuevo Tabaco”

Ejecutivos de la industria de bebidas se reunieron en Nueva York en un evento anual organizado una publicación de bebidas. El evento tuvo ponencias de 3 de los mas grandes fabricantes de refrescos, PepsiCo, Coca-Cola, y Dr. Pepper Snapple, así como de algunas pequeñas empresas. 

Este tipo de eventos les da a las empresas una oportunidad de mostrar sus productos y presumir sus logros, pero esta vez no hubo nada de que presumir ya que la industria se tiene que adaptar a un mercado que está cambiando.

El dueño de quien publica la revista organizadora del evento abrió el evento diciendo “Ha sido una década muy difícil, y hubiera sido más dura si no fuera por el agua embotellada.”

Mientras las ventas de los productos estrella de estas compañías van en declive en los Estados Unidos, han tratado de introducir nuevos productos que se adaptan mejor a los gustos de los consumidores. Tés helados, bebidas deportivas y agua saborizada son pequeños pero crecientes segmentos de la industria de bebidas. Coca-Cola por ejemplo, casi ha duplicado su portafolio de productos a 700, de 400 que tenía anteriormente. La empresas están experimentando con presentaciones más pequeñas de sus productos, por las cuales los consumidores pagan un mayor precio por mililitro. 

Para muchos promotores de salud pública, los refrescos se han convertido en el nuevo tabaco – un producto tóxico que debería ser vetado, agregarle impuestos y ser estigmatizado. Este tipo de sentir hacia el refresco es lo que preocupa a los grandes productores de refrescos, ya que inclusive los refrescos dietéticos han sufrido graves daños en sus ventas. Esta situación ha llegado a verse como una crisis para las grandes refresqueras. Los consumidores más conscientes de su salud han comenzado a sospechar cada vez mas de los productos que contengan algo que parezca artificial.

Aunque las 3 empresas más grandes de refrescos vendan agua embotellada, no están felices con esta tendencia. El agua embotellada es un producto menos rentable que los refrescos ya que los consumidores tienen menos preferencia de marca cuando se trata de agua embotellada, que si fuera un refresco, lo cual hace que la competencia sea más difícil, y su preocupación más grande es mantener la fidelidad de sus clientes.

Fuente: The New York Times,  INEGI

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